Le estoy cogiendo el gusto a esto redactarte. Lo haré hasta que el tiempo me lo permita. Y esto siempre estará aquí para recordarme donde estuvo el punto de inflexión.
Yo no soy escritor. Soy solo un aficionado a la escritura y a la psicología. Y de esta afición quiero hacer una gran profesión. Y bueno, tampoco soy Creativo Multimedia, al menos no en forma de momento, hasta que un título me lo permita.
¿Ser o no ser? Esa es la cuestión. Por mi parte, diré que no sé lo que soy. O mejor aún: diré que puedes llegar a ser lo que quieras. Casi todo es accesible para todos. En la naturaleza misma de la vida podemos encontrar aquello que queramos. Somos nosotros mismos los que damos significado al mundo real, y la realidad es tan ficticia que ni nos percatamos de su sencillez… Por eso, ser o no ser.
Soy humano. Innegablemente, esa afirmación es del todo cierta.
Lo soy yo y lo eres tú. Es de humanos errar, así como también es de humanos reconocer tus errores. Y yo de errores sé bastante, así como también de soluciones. Y en este momento quiero solucionar algo futuro. ¿Sabes? Nunca he sido de jugar al Candy Crush. Al menos no solo he sido de jugar, y eso ya lo he dicho:
“No siempre he sido de jugar. Todo hay que decirlo. A veces, también, he creído querer avanzar en otros campos. Ser algo sensible, también racional. Saber amar, sufrir, reír, llorar, y al final … levantar y vuelta a empezar.”
Caer y levantar. Vuelta a empezar. Morir y renacer. Aprender y esperar. Conocerte a ti y a los demás. Es fácil de recordar, lo que quiero para mí, lo que quiero para ti y lo que quiero para el resto de la sociedad.
Te voy a confesar algo:
Un valor fundamental en mi personalidad es el amor. Sin amar no sé vivir. No solo el amor romántico, si no más en términos generales. El amor propio, el amor por los demás, el amor por la naturaleza, el amor por los animales, el amor por tus pasiones… Creo que el amor es una pieza crucial en la vida de la humanidad, y que a raíz de saber amar crecen otros valores claves para una convivencia en paz: empatía, fraternidad, sinceridad, bondad… todo un poco intangible, o eso parece hoy en día, ¿verdad? Pero sobre todo sé que si amaramos más, todo iría mejor.
Por ahora reconoceré el impacto del amor en tu amistad, la clara brevedad del tiempo que pasa entre parpadeo y parpadeo, y las ganas de no relatar más aquello que pertenece a la intimidad.
Por si a caso gracias una vez más, por ser y por estar, aquí y ahora. Y además gracias por ayudar a sumar un poco más, y que saber pasar lo no tan bueno es símbolo de gran bondad. Que los tiempos mejores ya se están creando y que me apetece cada vez más seguir jugando al Candy Crush sabiendo que la imperfección de tiempos pasados pienso saltar.
Si ya encendiste la vela, apaga la luz, vamos a jugar.
Sonreír es gratis, al igual que respirar. Ahora formas parte de Una Historia Fácil de recordar.
¡Hasta la próxima!