Desde muy joven la poesía me gusta. De hecho tengo un pequeño cuaderno de poesía en una de mis cajas viejas en casa de mis padres en las que están escritos varios poemas que redactaba para mi amiga Omayra. No en concreto para ella, pero si con sus ideas. Este intento de poema lo escribo desde la cama sin poder descansar, y la única idea que pasa por mi cabeza es porque carajo fue que lo dejamos:
«Anoche entre bostezo y bostezo,sin conseguir conciliar,
una luz me vino a visitar,
me dijo: escribe y estarás orgulloso con el tiempo de lo que saldrá.»
Como una noche más,
recuerdo y no olvido,
Esto es una historia fácil de recordar.
Al mirar mis pasos, con los ojos cerrados
no puedo evitar recordar cada uno de los puntos
donde todo se iba torciendo.
Pero, ¿por qué se acabó? ¿Fuiste tú o fui yo?
No lo se
pero en el fondo del recuerdo
de aquel, nuestro último invierno
queda mi calor ausente
que en forma de tu vientre
pudo ser un ambiente más que ideal.
No fuiste tú, no. Fue el tiempo.
Sí, fue el tiempo.
Él se encargó de todo
siendo un mal momento
o peor, un tiempo no ideal.
Se que no fuiste tú, por qué te vi
Y conviví lo inconvivible, como tú
Por eso sé que no fuiste tú la culpable
Tanto el amor como el cuidado,
junto a la paciencia y el enfado,
con la tenacidad más ardiente,
me marcaste, me superaste,
y hoy solo quiero recordarte
por cada puto instante y por cada despertar.
Y tampoco fui yo
La culpa de todo la tiene el tiempo,
que se encargó de convertirme en puro insomnio
y en noches como esta sentir como si un demonio
entrara con sigilo sin hacer ningún suspiro, justo dentro de mí.
Entonces , fui yo contigo y tú con mí
Te quise porqué me quisiste.
Y te olvido porqué lo pediste,
no sin antes recordar
cada carta que en momentos de bienestar
con tus manos redactaste,
creando un anclaje no muy fácil de olvidar.
Y porque me dejaste hacerlo contigo pero no sin ti
Fuiste muy fácil de amar
incluso para algunos otros
la mejor historia de todas,
y yo una bestia inepta que no supo dosificar,
aquello que obtenía de la raíz y del fruto,
y te juro que hoy te disfruto solo con recordar.
Porque esta historia es digna y fácil de recordar
¿Yo te quise o tu me quisiste más?
Eso que más da.
Lo importante es que no me convertí en tu marido
ni tú en mi mujer.
Porque una suerte nos mantiene alejados
de nuestros placeres más deseados,
Por eso es que nos fuimos infieles…
mmmmm quizás un tanto crueles!
y hoy con arte y madurez,
redacto una y otra vez
cada recuerdo infinito en cada puto despertar.
Porque el tiempo fue el culpable,
y corrió tan deprisa,
que con llantos o con risas,
fue difícil de evitar.
Por eso te retrato y te escribo, para no olvidar
He escrito tanto en tan poco, que creo que mejor me voy a descansar. Esto se llama una historia fácil de recordar.
¡Hasta la próxima!