Vamos a jugar al adictivo Candy crush

Nunca he sido de jugar. Lo reconozco. Ni en los videojuegos ni en la vida en general. En concreto, en las relaciones siempre he sido de lo serio y no tanto de lo esporádico, pero parece que poco a poco voy derrumbando muros morales más duros que una tonelada de metal.

Un placer jugar una y otra vez al candy crush. Nos da la vida y nos brinda avances infinitos, y necesarios, que no pienso desaprovechar. Vamos a redactarle:

Juguetona mujer joven en camisa a cuadros posando con dulces. impresionante chica pinup de pie en el espacio rosa con piruleta.

Si apareces a media noche por sorpresa, 

cuando la luna llena alumbre por completo cada rincón de mi pieza 

cuando ni tu inseguridad no te suponga un problema para vivir, 

ni siquiera cuando la luz caliente ponga fin a una noche de elixir.   

Ni siquiera entonces lograrás entender cuanto te deseo

    Es proporcional y lo seguirá siendo.

La ruleta giró y paró de lleno en la casilla ganadora. 

Una noche que como ninguna otra empieza, 

pero que como ninguna otra acaba.      

Tú querías paz alocada,
yo quería guerra calmada. 

Cada uno obtuvo aquello que necesitaba.

Y al acabar, como con el Candy Crush, siempre quiero más.

Eres puro vicio.  

Tiro de ángulo alto de muchos caramelos de colores

Y como esto es sano y casi de deporte se trata, vamos a jugar.

¿Hasta cuando?

Eso ahora es lo de menos,
saciemos primero nuestros deseos de juego

recuperemos lo que alguien algún día nos robó

recordando siempre que 2 juntos juegan mejor que uno solo 

Palabras clave que pretenden palpar sensibilidades

y duran exactamente lo que tiene que durar

El tiempo exacto para que ambos entendamos por qué lo hacemos

Es básico. Una dosis de autoestima

que te da la vida y te recuerda tu valor

en la situación de 3 lineas de color

donde juntos llegamos al final de la pantalla

Gestos de bondad

la próxima vez subimos de nivel y seremos más expertos

   

Es gratis, igual que sonreír.  

De nuevo, vuelve y vuelve y luego vete

que después vengo yo.

De nuevo, primero tú y luego yo.
y apaga la luz, con la pantalla es suficiente

Subamos de nivel

de intermedio a experto

Y ahora que no hay remordimiento

corramos lejos de la culpa y disfrutemos. 

Ahora que los muros morales se están cayendo

Entendamos el verdadero significado de la verdad, 

y el punto donde lo utópico y lo físico se hacen realidad.

Eres puro vicio y no quiero parar de jugar

Ricardo A. Nieto 

Creativo Multimedia

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